En logística, un paquete perdido o que no llega a tiempo significa la pérdida de la carga, que puede ser asumible o directamente una pérdida de miles de euros.

La caída del Canal de Suez por el encallamiento del buque de Evergreen, uno de los barcos más grandes que existen, ha generado un colapso por la dependencia de la logística en esa ruta paralizando el tránsito de más de 8.000 millones al día en mercancías, según la estimación de Lloyd’s List.

Por esta ruta pasan un 12% del tráfico mundial de cargueros y petroleros que, hasta este jueves, tenía alrededor de 165 embarcaciones paradas esperando para transitar por la estratégica vía marítima que conecta el mar Rojo con el Mediterráneo.

La tensión logística se respira ya en todo el mundo y el impacto económico que esto es de gran envergadura. Los sectores del textil, manufactura de metal y electrónica podrían ser los más afectados ya que suponen la mayor partida de las importaciones del trayecto entre Asia y Europa. Asimismo, el sector petrolero también se encuentra resentido con varios millones de barriles de crudo transportados en barcos petroleros y a la espera de poder reanudar su transporte.

Toda esta situación pone de manifiesto la importancia de desarrollar dentro de las empresas un buen sistema logístico. Hoy en día se trata de una cuestión tan importante que las empresas crean áreas específicas para su proceso con un mismo objetivo: ser competitivas en el mercado y hacerlo de forma sostenible para conseguir beneficios.

El año 2020 ha puesto en valor a la logística, así como a los recursos, medios y personas que hay detrás. De cara a 2021, el reto está en intentar consolidar los avances conseguidos en estos últimos meses para pensar en las tendencias que marcarán el futuro.

Incidentes como el encallamiento del Ever Given ponen en valor la necesidad de crear un ecosistema de intercambio de información donde estemos digitalmente interconectados, de forma que las rutas se puedan reconfigurar no sólo pensando en el medio de transporte, sino en el servicio a las cadenas logísticas. Si la logística estuviera dotada de inteligencia, se podrían haber desviado los buques y activado otras rutas para poder trasladar las cargas de mayor valor. Podemos afirmar entonces que la clave para un transporte de futuro será la de la red de la logística.

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